“Dominicana mujer hermosa, de mi cariño tu eres la dueña”, así se escucha el nuevo merengue compuesto por el músico Marcelino Vásquez que fue grabado por el cantante Sergio Vargas y producido por Deysi Ortega de Fresco, bailarina y líder de La Vieja Guardia del Arte.
La canción, que se encuentra en el canal de YouTube del compositor es descrito por el autor como un tributo a la mujer dominicana por su origen y nacionalidad, por sus encantos, no sólo físicos.
«A veces las mujeres no son valoradas como deben ser, a veces ellas mismas no se valoran; no saben que son hermosas, deben saberlo. Desde la niñez hasta la vejez sin perder la sencillez y los encantos naturales. Los hombres debemos tener esto presente», dijo Marcelino.
Invitó a que bailen y gocen de «este merengue patriótico, romántico, cariñoso».
El «Negrito de Villa» le puso voz a esta canción con el arreglo en la producción de Alex Mansilla.
El videoclip muestra distintos paisajes de República Dominicana y sus mujeres. La escenografía incluye Estancia Nueva, Santiago, además de playas y ríos, dirigido por José González y Alberto Cabrera.
Deysi Ortega de Fresco, bailarina y líder de la Vieja Guardia Del Arte, que hizo vida artística en los 80 y 90, tuvo la idea del videoclip de reunir a varias mujeres con vestimentas folclóricas para resaltar a la mujer dominicana y a la vez la cultura y los paisajes de la isla.
«Es un videoclip con una canción hermosísima. Es un himno a la mujer dominicana. Ya la hemos bailado en el espectáculo «La Vieja Guardia del Arte», que fue presentado en marzo 2022 en el salón La Fiesta del Hotel Jaragua con coreografía de Josefina Miniño», destacó la bailarina que produjo el video musical.
La Vieja Guardia del Arte eran las bailarinas de la fuente Night Club hotel Jaragua, protagonizando espectáculos en los que acudían figuras importantes de la farándula nacional. Deysi era la líder del grupo.
Es por eso que decidió unir a las bailarinas de la Fuente N. Club del Hotel Jaragua, quienes vistieron coloridos trajes. En el audiovisual aparecen las figuras de la televisión Nikauly De La Mota y Brenda Sánchez.
Deysi cuenta con una fundación y ayuda en su pueblo a los jóvenes de bajos recursos económicos.
Reitera que el tema es un himno a la mujer dominicana. Detalla que es una canción escrita por Marcelino Vásquez «con un grupo de músicos de los nuestros como Joan Minaya. Quisiéramos llevar la canción a cada dominicana y mostrar la belleza de nuestras dominicanas, mujeres hermosas», dijo.
De su vida
Deysi, nacida en Estancia Nueva Santiago el 20 de junio 1955, desde niña tuvo inclinación por el baile. A los 16 años se mudó a la capital dominicana donde su madre trabajaba para posteriormente dedicarse a la danza popular.
En el libro «Grandes Dominicanos tomo XXVI» del veterano locutor y cronista de arte Carlos T. Martínez, ella recordó en entrevista para el referido libro que en el campo fue la artista de su generación.
Era la que bailba y declamaba en las actividades de la escuela y a los 17 años aprendió a bailar a escondidas de su progenitora.
Hija de los señores Manuel De Jesús Ortega y Enedina Ant Marte viuda De Evangelista, en septiembre del 2020 recibió la «La llave de la comunidad Estancia Nueva» en Santiago en reconocimiento a su trayectoria.
«Fue un año muy difícil para la humanidad. Me ocupé, y preocupé por la gente que estaban encerrados en sus casas sin recursos. Quise que tengan algo de comer y medicina. Fue el año que doné las gradas del play, que hoy día es un punto de reunión», indica.
Sus primeros profesores de baile fueron Altagracita Peña, Fradique Lizardo, Nereida Rodríguez y Mirito. Ella bailaba todos los ritmos folklóricos, carabiné, mangulina, merengue y palo. «Después vino lo moderno, con botas y falditas», añade de esa época.
Después emigró a Venezuela y junto a Magnolia Medina formaron el dúo Las Morochas Dominicanas, se vestían de forma tradicional y realizaban coreografía de merengue.
Para ese tiempo, una veinteañera, ya tenía una hija, a la que había dejado en Santo Domingo, mientras trabajaba en el extranjero.
Luego regresó a Santo Domingo y entró a trabajar en el Hotel Jaragua. En esa época habló con las figuras de la danza Kali Karlo y Josefina Miniño, quienes influyeron en su carrera.
«El verdadero espectáculo y la técnica, la conseguí con ellos. La elegancia de caminar y moverse al estilo del Lido de Paris. Lo aprendí con ellos, sobre todo aprendí de Josefina Miniño la tenacidad en la vida profesional y personal, el respeto por su trabajo y la pasión por lo que se hace», declaró a Carlos T. Martínez.
La bailarina tuvo dos hijas. Tiempo después se casó en Suiza con quien ha sido su compañero de vida por tres décadas, de quien lleva el apellido Fresco.
